La
filosofía como acontecimiento: Una mirada al mundo… una mirada que transforma.
¿Por qué filosofar? Ha preguntado Lyotard, y él
mismo responde: porque queremos… porque nos apetece...
Vivir en un mundo donde se
ha perdido todo color, que se muestra en tonos grises y oscuros, donde la
cotidianidad y la familiaridad se hacen presente… donde todo pasa, sin que ocurra
nada; es permitir que la filosofía agonice, que deje de Ser y de existir…
Dejemos que la filosofía
acontezca: como acontece la vida misma, como acontece el tiempo, el amor y el
silencio, así… sin ser esperada… Dejemos que nos atrape, nos envuelva, que
produzca en nosotros una actitud frente a la vida, una búsqueda incesante que
nos motive a filosofar por el simple, pero vital y necesario hecho de quererlo…
Sí, que el filosofar
aparezca, que irrumpa en los sucesos de la vida diaria, que nos motive a
trasforme nuestra vida y por sobre todo, que transforme a la Vida misma…
“…el filósofo experimentará, desde el interior de
su vida, lo que es la verdadera vida” (Badiou)